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.::Rebelion y Amor::.

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Mi nombre es Mía, vivo en un pueblito llamado Silver Cross, además de estar ubicado muy lejos de la gran ciudad, es un pueblo muy unido a la iglesia, y como si no fuera poco vivir alejado de la ciudad en un pueblo católico mi padre es el sacerdote que controla toda la iglesia y soy conocida por los 230 habitantes de este pueblo como la santa o el ángel del pueblo.
Siempre fui una chica normal, la típica chica que no quería resaltar, la que le hace caso a sus padres, que estudia y que pasea tranquilamente con sus amigos, pero al correr de los años comencé a darme cuenta que la vida de una niña buena no me gustaba, no quería que a donde fuera me conocieran como el ángel del pueblo y poco a poco comencé a rebelarme, decidí no ser ya nunca más la santa del pueblo quería que me conocieran por mi y ya no más por mi padre.
En los inicios de mi rebelión dejé de lado mi ropa blanca, con volados, polleras largas, zapatos cerrados y bajos, y comencé a vestirme con polleras cortas negras con rojo, botas de taco alto y con remeras escotadas con muchos accesorios plateados como cadenas y cosas similares. Quería demostrar que ya no era la misma que ya no quería ser normal y poco a poco me fui alejando del lado de la iglesia, pero lo que nunca pude dejar atrás fueron mis estudios…
En mi ultimo año de colegio llegó un chico nuevo a la ciudad su nombre era Alexander, parecía un chico oscuro, introvertido, la mayoría del pueblo le temía tan solo por haber llegado con 18 años a un pueblo abandonado y alejado de la ciudad, que vivía solo y nadie conocía su trabajo, su aparición repentina me intrigó y me llamó mucho la atención que el chico no hablara, era un chico muy misterioso. Pasado algunos meses de su llegada, comenzó sus estudios en el mismo lugar que yo con la suerte de que le tocó el mismo curso, y al ser la hija del sacerdote me tocaba mostrarle todas las instalaciones del colegio y ayudarlo con sus horarios o si tenía alguna duda con algo relacionado al estudio o al pueblo. Era el momento perfecto para poder conocerlo y saber más acerca de el. Las primeras semanas le enseñé las instalaciones y los horarios del colegio, pero nunca habló.
Pasados ya unos cuantos meses me resigné, fue ahí cuando encontré una nota en mi casillero que decía:

"Mía:
      Gracias. Sé que quieres hablar con migo, el momento ya llegará.

PD: Tu voz
                                                                      Alexander"

Me quedé atónita al saber que la carta era de Alexander era demasiado prolija para ser de un chico y además estaba incompleta, parecía como si hubiese querido borrar la posdata. Al tocar la campana del almuerzo fui a buscarlo para conseguir una explicación al bosquecillo detrás del comedor, donde todos los días almorzaba solo.
Cuando logré visualizarlo me escondí detrás de un arbusto, él estaba sentado debajo de un árbol, mientras hacía lo que lo que al parecer era un dibujo, me acerqué lentamente hasta lograr ver el papel que tenía en sus manos, tenía razón el estaba dibujando, pero era algo muy extraño, parecía ser un caballo y una persona pero aún no estaba terminado así que decidí alejarme y volver a entrar normalmente. Cuando él se dio cuenta de que estaba cerca guardó el papel y sacó un libro de ciencias, ahí fue cuando le mostré su carta, la miró y luego me miró, me di cuenta que sus ojos eran azules pero el borde no era negro como el de cualquier persona era violeta pero casi no se notaba, luego el arrebató la carta de mi mano y la lanzó lejos mientras decía en un sonido casi imperceptible:
Alexander.- ¿Qué quieres niña?
Me quedé callada al darme cuenta que había escuchado su voz, fue muy raro tenía una voz suave pero masculina, y luego él me miró y dijo:
Alexander.- Te he preguntado qué quieres niña. No tienes derecho al venirme a molestarme en el horario del almuerzo donde logro estar en paz.
Mía.- (me enfadé mucho al oír que me tratara tan mal después de lo que había hecho por el, así que le grité) ¡No me hables así yo no te he gritado, eres un irrespetuoso!
Alexander.- Ahora entiendo por que eres la santa de este lugar, ni cuando te enojas puedes dejar de hablar tan correcto.
Mía.- (más enojada que antes) ¡Encima que te ayudo con todo me tratas de esta forma!
Alexander.- (en el mismo tono tranquilo) Ya te agradecí por ello y no tienes porque ponerte a la defensiva, además que aún no me has dicho a que has venido aquí.
Mía.- (más tranquila) No me pondría a la defensiva si no me trataras mal.
Alexander.- (toma su mano y la tira al piso) No te trataría mal si de una vez me dijeras a que has venido aquí.
M.- (le pega en la cara por haberla arrojado al piso) Vine a preguntarte acerca de la carta que me arrebataste y arrojaste lejos.
A.- (tomándose con una mano la cara) ¿Qué quieres saber?, ahí lo dice todo.
M.- ¿Qué quisiste decir en la posdata?
A.- (no responde)
M.- HABLAME!!! DIMELO!!!
A.- (se para y se aleja)
Luego de ver a Alexander alejándose de mí me levante lentamente y me adentré en el bosquecillo. Ya muy dentro de él me comencé a marear y me desmayé, de repente siento que unos brazos cálidos me levantan del suelo, y lo alcancé a ver fueron unos ojos violetas y unas alas oscuras…
Al reaccionar me levanté violentamente, estaba en mi habitación, salí de mi cuarto y estaba mi padre agradeciendo a un hombre por haberme dejado en mi casa, nunca comprendí lo que me había pasado.
Ya pasadas unas semanas volví a mis estudios y en el horario del almuerzo mientras me preguntaban que me había pasado recordé, esas alas negras, esos brazos cálidos que me levantaron del piso, esos ojos violetas que brillaban al igual que las estrellas en una noche descubierta, no lo pude evitar salí corriendo hacia el bosquecillo una vez más para ver si encontraba al dueño de esos bellos ojos. Sin poder encontrarlos me recosté junto a un árbol y allí me quedé hasta ver llegar la aurora rosada entre las copas de los árboles más altos, sin energía me dirigí hacia mi casa, estaba amaneciendo pero comenzó a llover, yo me encontraba sola en la oscuridad de la calle, mojada y caminando entre las penumbras de las casas enrejadas y solitarias. Al llegar a mi casa encontré a mi padre desconsolado esperando a que yo llegara, cuando me vio corrió hacia mí, me abrazó y se desplegó en llantos. Yo sin intentar tranquilizarlo le pregunté quién me había llevado a casa ese día que me desmayé, mi padre me soltó y en un tono colérico me dijo ese chico que da miedo, un tal llamado Alexander. En ese momento seguí a mis impulsos sin pensar y de inmediato corrí hacia el bosque, lo último que escuché de mi padre en ese momento fue dónde vas, no te alejes de mí, y no te acerques a él.
En esa fría y lluviosa mañana corría sola en busca de la verdad. Al llegar al corazón del bosquecillo grité lo más fuerte que pude y me derrumbé en el suelo, cada vez que cerraba mis ojos veía los suyos observándome, pero no sentía temor, tenía una enorme ansiedad de tenerlos en mi poder, y sin darme cuenta me encontraba en la oscuridad, el frío y la lluvia parecían no cesar jamás…
En la mitad de la noche oí el crujido de una rama detrás de mí, al abrir mis ojos los suyos encontré frente a mí, era él que me observaba fijamente con esa mirada fría y sin sentimientos, pero sin embargo no me atemorizó, yo sentía muy dentro de mí, que él era una persona dulce, que no me lastimaría jamás. Entonces, sin dejar de mirarlo, le dije:
Mía.- ¿Por qué te alejas de mí?
Alexander.- Todos se alejan de mí por qué yo no me puedo alejar de ti.
Mía.- No das razones para acercarse por qué lo harían.
Alexander.- ¿Tú piensas que me quiero alejar de ti?
M.- (se queda en silencio)
A.- No hay nada que quiera más que acercarme a ti y estar a tu lado, pero quién querría estar al lado de esta bestia…
M.- Tú no eres una bestia y yo quisiera ser esa persona que esté a tu lado.
A.- No sabes la verdad acerca de mí, el por qué de estos ojos que marcan mi existencia.
M.- Sí, sé muy bien lo que eres y no huiré de ti jamás, estaré siempre a tu lado por más de que no me permitas lo haré.
A.- (mira al suelo y cierra sus ojos, demostrando comprensión) No tienes idea cuantos siglos esperé a una chica como tú, he amado mucho en mi vida pero todas escaparon al saber lo que soy, siempre quise encontrar a una persona que me amara al saber la verdad, pero luego de varios siglos me resigné al amor y me convertí en lo que ves, pero no siempre fui así.
M.- Yo tampoco fui siempre así, tan oscura como ves, yo era una chica normal muy apegada a la iglesia pero me harté y decidí ser como se me diera la gana, y así fue como me convertí en una chica oscura.
A.- Pero es diferente yo antes de ser así era un…
M.- (lo interrumpe) si, lo sé eras un ángel, y por la pérdida del amor te desterraron y te convertiste en un ángel oscuro.
A.- Al no tener amor no merecía el nombre de ángel y me desterraron hasta que alguien me amara como soy.
M.- Yo te amo tal cual eres, pero tú qué sientes por mí.
A.- Te amo por lo que fuiste y por lo que decidiste ser, pero prométeme que nunca te alejarás de mí, jamás.
M.- (con lágrimas en los ojos) Mientras no te alejes de mí, yo ahí estaré.
Luego de eso él me abrazó y me dijo que ahora que su amor era correspondido debería volver con los de su raza y me dijo que tendría una semana para decidir si irme con él o quedarme aquí con mi familia, eso significaba quedarme con el amor de mi vida y alejarme de mi familia o alejarme del amor y quedarme con ellos; Era una decisión muy difícil que debía tomar…
Todas las noches al acostarme, no podía evitar pensar en eso, a que debería renunciar al amor verdadero o a mi vida normal, me frustraba al no poder decidir…
Al pasar 4 días lo comprendí y tomé mi decisión, me iría con él sin importar a lo que tuviera que resignarme, al tomar la decisión Alexander apareció a mi lado y me dijo:
Lo comprendiste verdad…
Él se refería a que si yo decidía quedarme con mi familia él debería seguir vagando hasta encontrar a alguien que lo amara tanto como para dejar todo atrás e irse con él.
Los últimos días de esa semana fueron para dejarles en claro a mis padres que siempre los querría, pero antes de partir les dejé una carta atada a un ramo de rosas lilas sobre la cama de lo que alguna vez fue mi habitación. El sobre solo tenía una palabra "Amor" y en su interior se encontraba una carta que decía:

Queridos padres:
                Si están leyendo esto significa que ya me encuentro muy lejos, no intenten buscarme nunca lograrán hallarme.
Lamento si alguna vez les fallé, jamás fue mi intención hacerlo. Los amo muchísimo y jamás se alejaran de mi corazón, pero hoy me toca decirles que me fui porque encontré lo que siempre busqué, un verdadero amor, pero a causa de este amor debo alejarme, seguro pensaran "que amor te obliga a alejarte de tu familia", pero fue mi decisión y la de nadie más.
Para mí el amor es eso que logra que dos personas deseen estar juntas sin importar el precio y sin importan lo que se deje atrás.

PD: Nunca dejen de amarme, yo no lo haré.
                                                    Con mucho dolor, los ama Mía.

Esa noche que me alejé era muy fría y llovía, caminaba acompañada de un ángel oscuro al llegar al bosque el me pregunto si estaba segura de lo que estaba haciendo, por supuesto que sí le respondí. Él me tomó por la cintura y mientras volábamos sobre el bosque donde todo comenzó veía como sus alas cambiaban de color, al estar muy lejos de ese pueblito solitario llamado Silver Cross me despedí de la vida con mi ángel del amor…
Esa noche fría y lluviosa yo dejé este mundo, poco tiempo después encontraron mi cuerpo frió y sin vida cubierto por plumas negras. Esas fueron las cosas a las que renunciamos ese 30 de octubre que nos alejamos por amor…
Quisiera saber si alguna vez alguien llegará a comprenderme, si alguien sentirá lo mismo que yo, en alguna parte de este marchito universo.
Esta historia fue creeada para el concurso de san valentin del grupo :iconficsspanish-espanol:

Elejí la carta...
y la frace "El amor es..." la completé así:
El amor es eso que logra que dos personas deseen estar juntas sin importar el precio y sin importan lo que se deje atrás.

Pj´s:
Principales:
Mía: Una chica de 18 años, que estudia, es hija del sacerdote del pueblo que se niega a seguir siendo tan buena y se convierte en "punk".
Alexander: Típico chico malo, solitario, misterioso que esconde toda verdad acerca de su vida.
Secundarios:
Padre de mía: Sacerdote del pueblo, que dirije la iglecia de silver cross.
Terciarios:
Madre y amigos.

Lugar donde se desarrolla la historia:
Un pueblo alejado de la ciudad llamado Silver Cross.
Lugares que se mencionan en la historia:
:bulletblack: La casa de Mía (La entrada principal y su habitación).
:bulletred: Escuela secundaría de Silver Cross.
:bulletblack: Bosquecillo detrás de la cafetería de la secundaría.
© 2012 - 2024 Kkini
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